El ejercicio físico resulta siempre beneficioso para cualquier persona, sin embargo, cuando entramos en la tercera edad se hace aún más necesario, con el fin de contrarrestar los cambios físicos que el propio envejecimiento trae consigo.
¿Qué es el ejercicio físico?
El ejercicio físico principalmente es un conjunto de movimientos corporales de manera repetitiva que son planificados y estructurados con el fin de mantener o mejorar nuestra salud física.
No es lo mismo ejercicio físico y actividad física, estos términos son diferentes y no debemos confundirlos. Actividad física es cualquier movimiento corporal que exija gasto de energía como limpiar la casa o cocinar.
Realizar ejercicio físico genera en nuestro cuerpo grandes beneficios, por eso se recomienda su ejecución pero de manera moderada y regulada.
¿Cuáles son los cambios físicos que se presentan en la tercera edad?
Con el paso del tiempo, las personas envejecemos y como en todas las etapas de la vida, se presentan diferentes cambios que tenemos que saber afrontar, uno de los principales cambios que en esta etapa de la vida son los cambios físicos, especialmente a nivel músculo-esquelético, donde la persona comienza a tener las articulaciones más rígidas, los músculos pierden fuerza y tonicidad, etc.
Algunos de estos cambios físicos que pueden sufrir las personas en la tercera edad y los cuales conducen a una disminución o pérdida de movilidad son:
- Cambios musculares
Los músculos son las estructuras encargadas de producir movilidad en nuestro cuerpo, además de encargarse de la postura y forman parte de una de las mayores reservas de proteína del organismo.
Durante esta etapa de la vida se suele presentar con mayor frecuencia la pérdida de masa muscular generando de esta manera una mayor dificultad para la relación de actividades motoras, convirtiéndose uno de los principales factores de dependencia.
- Cambios óseos
En personas de edad avanzada los huesos tienden a ser menos densos, este cambio hace que las personas sean más propensas a sufrir fracturas ante caídas o incluso golpes. Las zonas más afectadas por lo general son la cadera, la muñeca, los brazos o la columna vertebral.
Cuando el cambio en los huesos se produce si es de forma moderada se denomina osteopenia, y en los casos más graves será diagnosticado como osteoporosis.
- Cambios articulares
La artrosis es uno de los trastornos más frecuentes durante esta etapa de envejecimiento, esta se presenta debido a un desgaste del cartílago que recubre las articulaciones, haciendo que las articulaciones rocen al deslizarse sobre las otras.
Además, los ligamentos se vuelven menos elásticos, haciendo que la movilidad articular se vuelva más reducida.
- Sistema nervioso
A medida que envejecemos, hay una reducción en el número de células nerviosas, lo que provoca cambios en la actividad cerebral, las sustancias químicas y las estructuras que transmiten los impulsos nerviosos del cerebro al cuerpo, para realizar movimientos. Esto puede afectar en la ejecución más lenta de las tareas diarias y dificultar en funciones como el habla, la memoria y la capacidad de aprender nuevas cosas.
- Sistema cardiorrespiratorio
En la tercera edad, tanto el corazón como sus vasos sanguíneos se vuelven más rígidos, lo cual da como resultado una presión arterial elevada. Además, los músculos que participan en la respiración tienden a debilitarse, y hay una disminución en el número de alvéolos y capilares pulmonares, lo que lleva a una menor absorción de oxígeno del aire inhalado.
¿Cuáles son los beneficios de realizar ejercicio físico en edad avanzada?
Como se menciona anteriormente, las personas mayores experimentan cambios principalmente a nivel corporal. Diversas investigaciones señalan que la combinación de ejercicio físico y planes alimenticios adecuados pueden alterar el curso de las degustaciones asociadas al envejecimiento. Además, esto ayuda a reducir las dolencias y molestias causadas por enfermedades en los adultos mayores, mejorando así su calidad de vida y permitiéndoles disfrutar de una vejez mucho más saludable.
Algunos de los beneficios para la salud que se pueden obtener con la práctica de ejercicio físico en la tercera edad se encuentran:
- Disminuye el riesgo de caídas y lesiones.
- Se conserva y mantiene la salud y la fuerza muscular, haciendo que se conserve la independencia y la actividad diaria.
- Reduce los niveles de estrés y ansiedad.
- Ayuda a mantener un peso saludable.
- Ayuda a preservar o mejorar las funciones cognitivas.
- Mejora la calidad del sueño.
- Facilita la realización de diversas actividades de la vida cotidiana.
Clasificación para la realización de actividad física en el adulto mayor
Existe una clasificación de las actividades físicas que nos ayuda a planificar algunas actividades adecuadas para cada individuo en particular.
- Nivel I
En este grupo se encuentran las personas físicamente incapaces y que dependen de terceros y aquellos adultos que son capaces de caminar, bañarse o alimentarse sin necesidad de ser cuidados por otras personas.
- Nivel II
Se encuentran los adultos mayores frágiles, es decir, los cuales son capaces de realizar tareas domésticas ligeras.
- Nivel III
En este grupo podemos encontrar a los adultos físicamente independientes, los cuales pueden realizar por sí mismos todas las actividades de la vida diaria, pero que no realizan ningún tipo de deporte ni actividad que requiera gran esfuerzo.
- Nivel IV
Son los adultos físicamente aptos o activos, quienes con habitualidad realizan deportes de resistencia y actividad que sí que requieren de un esfuerzo físico moderado.
- Nivel V
Se representa por atletas que ya se encuentran en la tercera edad pero que practican y participan en actividades competitivas y deportes de alto riesgo.
¿Qué ejercicios debe de realizar un adulto mayor?
Es beneficioso que las personas de edad avanzada realicen actividad físicas destinadas a preservar o potenciar la fuerza muscular, la resistencia, el equilibrio y la flexibilidad. A continuación, profundizaremos en estos aspectos.
- Entrenamiento de fuerza
Estas prácticas ayudan a mejorar la agilidad y conservar la tonicidad muscular. Además, favorecen el metabolismo, lo que ayuda a reducir los niveles de azúcar en la sangre, controlar el peso y prevenir enfermedades como la osteoporosis. Además, mejoran la independencia.
- Actividades de resistencia
Estas actividades incluyen ejercicios aeróbicos como caminar, realizar marchas o participar en gimnasia de bajo impacto. Estas actividades generan numerosos beneficios, especialmente para el sistema cardio respiratorio, mejorando la capacidad para realizar tareas cotidianas como subir y bajar las escaleras, pasear mascotas o hacer compras.
- Rutinas de flexibilidad
Contribuyen a mantener la elasticidad de los tejidos. Es muy importante que estas prácticas sean supervisadas por un profesional para prevenir posibles lesiones y garantizar una ejecución correcta. En Clínica Osten contamos con profesionales en el sector, garantizando la mejora y ayuda en la realización de rutinas como esta. Si deseas más información o consultar tu objetivo, no dudes en pedir cita ¡estaremos encantados de ayudarte!
- Ejercicios de coordinación y equilibrio
Juegan un importante papel en la prevención de caídas en los adultos mayores, que son una de las razones más frecuentes de consulta y pueden derivar además en problemas más graves.
Desde Clínica Osten y esperamos que este artículo haya sido de gran ayuda.