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15/11/2023
¿Dolor profundo en el glúteo al practicar deportes o movimientos concretos? ¿Un dolor que irradia hacia abajo? Si es así es posible que padezcas el Síndrome Piramidal o Piriforme, en Clínica Osten te explicamos todo sobre este síndrome, aunque si necesitas más información, no dudes en contactar con nuestro equipo de expertos en dolor.
El músculo piramidal se inserta en los pedículos de la tercera y cuarta vértebra sacra, pasando por el agujero ciático mayor, y se llega a insertar en el trocánter mayor a través de un tendón redondo.
Anatómicamente la principal función del músculo piramidal o piriforme es la de abducir y la de rotar externamente la cadera, a la vez que actúa como un flexor de cadera a la hora de realizar la marcha.
El Síndrome Piramidal es un dolor muy desagradable en la zona de los glúteos y parte trasera de los muslos. Comúnmente suele ocurrir de forma inesperada y repentina. En algunas ocasiones, este dolor se puede irradiar hasta la zona de los gemelos pero el principal dolor se localiza en los glúteos y la zona trasera de los muslos.
Este dolor es mucho más habitual en las mujeres a partir de los 20 o 25 años de edad y sus causas son variadas.
La principal diferencia entre ambas patologías la encontramos en las causas que las provocan, pero sus síntomas son similares por lo que es muy normal que, sin las pruebas necesarias, se genere dicha confusión.
Mientras que el Síndrome Piramidal es provocado por la compresión del nervio ciático por el músculo piramidal, la ciática es causada por la compresión de las raíces del propio nervio en la columna vertebral. Por lo general, la ciática es consecuencia de una hernia discal u otros procesos degenerativos discales.
Con respecto al dolor que provocan, son ligeramente diferentes, en el Síndrome Piramidal, el dolor lo encontramos tras pasar largos ratos sentados o al realizar movimientos concretos como cruzar las piernas.
Las principales causas del Síndrome Piramidal pueden llegar cuando:
Hay diversas maneras de sufrir una sobrecarga sobre el músculo piramidal o piriforme. Estas son algunas de ellas:
En estas situaciones el músculo puede sufrir una contractura y por consecuencia comprimir el nervio ciático. En otras ocasiones también puede ocurrir que el músculo se irrite y sufra espasmos dolorosos.
Se puede dar el caso de sufrir un impacto contundente en la zona de los glúteos, en este caso el músculo piramidal puede llegar a verse muy afectado, sufriendo irritaciones o espasmos que compriman el nervio ciático y por lo tanto, haga que el dolor se irradia a otras zonas. Un claro ejemplo de ello puede ser una caída.
A día de hoy contamos con diversas posibilidades para tratar el Síndrome Piramidal, algunos de los tratamientos más habituales son:
En cuanto presientas dolor en la zona de los glúteos o muslos, lo más recomendable es acostarse boca abajo y aplicar una bolsita de hielo (no debes de aplicar el hielo directamente sobre la piel ya que podrías quemarla) sobre la zona en la que sintamos dicha presión o dolor. Es recomendable que realices esto por casi media hora o el tiempo que consideres necesario para que baje el dolor.
Realizar un pequeño masaje sobre la zona también puede ayudar a que el dolor se disipe.
Junto a la terapia de calor podemos conseguir un resultado muy similar a la aplicación del hielo, incluso podemos ir alternando ambos tratamientos. En el caso de utilizar calor en la zona se podría realizar con una manta de calor o bien con una bolsa de agua caliente, toallas o almohadillas de calor.
Deberíamos de aplicarlas durante 20 minutos o más y luego descansar. Al igual que el tratamiento de frío podríamos combinarla con masajes en la zona.
El Síndrome Piramidal siempre provoca alguna que otra inflamación que aumenta el dolor, por lo que podemos tomar algunos antiinflamatorios y/o analgésicos. El Ibuprofeno o naproxeno en este caso puede ser de gran ayuda, aunque siempre es recomendable consultarlo antes con un médico.
En algunos casos extremos, donde el dolor es intenso o cuando el músculo se irrita con frecuencia, podríamos acudir a inyecciones.
Estas contienen anestésico y corticoide local, que va directo al músculo y reduce los espasmos y el dolor. En cuestión de minutos notaremos como el dolor disminuye, aunque quedarán algunas pequeñas molestias. Para estas molestias es de gran ayuda acudir al fisioterapia y seguir los consejos del especialista, desde Clínica Osten contamos con un excelente fisioterapeutas, dispuestos a ayudarte en tu proceso de recuperación y acompañarte durante todo el proceso de recuperación.
En caso de que las inyecciones anteriores no den ningún tipo de resultado y el paciente continúe con un dolor agudo o con espasmos frecuentes, se puede acudir a inyecciones de bótox. La toxina botulínica debilita el músculo y por consiguiente, hace que este se relaje y reduce la presión sobre el nervio ciático.
Desde Clínica Osten te invitamos a pedir cita con alguno de nuestros expertos, estamos aquí para ayudarte y facilitarte el proceso de recuperación. No lo dudes y deja en manos expertas tu salud.
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