Fractura del escafoides

Dentro del complejo ámbito de la anatomía, una fractura del escafoides, uno de los huesos pequeños de la muñeca, puede interrumpir la armonía funcional. En Clínica Osten, somos especialistas en el tratamiento de este tipo de lesiones, destacando por el enfoque avanzado y nuestra larga trayectoria en ortopedia, se erige como una fortaleza para quienes enfrentan el desafío de esta lesión. 

Fractura del escafoides: orígenes y síntomas

Esta fractura suele desplegar su trágico acto después de una caída sobre la mano extendida, siendo la posición del cuerpo y la palma de la mano cruciales en su desencadenamiento. Los síntomas son inequívocos: dolor y sensibilidad debajo de la base del pulgar, agravados al intentar agarrar objetos o pellizcar.

El espectro de gravedad de esta fractura determina el tratamiento, desde la aplicación de un yeso hasta procedimientos quirúrgicos más intrusivos. Sin embargo, la peculiaridad vascular del escafoides añade complejidad, ya que su escasa irrigación sanguínea puede generar complicaciones en la cicatrización.

Estratificación de la fractura del escafoides: ¿Dónde y cómo?

La ubicación en el hueso define la clasificación de estas fracturas. La región media, conocida como "cintura," es la más propensa a quebrarse, aunque las fracturas también pueden manifestarse en los extremos proximal y distal del hueso.

La gravedad se mide por el desplazamiento de las partes del hueso: sin desplazamiento, donde los fragmentos están alineados; con desplazamiento, cuando se han movido fuera de su posición normal, pudiendo haber fisuras o superposición de fragmentos.

Posibles causas de las fracturas del escafoides

Estos incidentes dolorosos suelen ocurrir por caídas con el peso del cuerpo sobre la palma de la mano extendida. Actividades deportivas y accidentes vehiculares también contribuyen a este capítulo ortopédico. Aunque afecta a todas las edades, no hay factores de riesgo específicos. Curiosamente, estudios sugieren que el uso de muñequeras en actividades vigorosas puede disminuir las posibilidades de sufrir esta fractura.

Detectar una fractura del escafoides: síntomas y diagnóstico

El dolor en la tabaquera anatómica y la muñeca, especialmente del lado del pulgar, indica una posible fractura del escafoides. La intensidad aumenta al mover el pulgar, la muñeca o al intentar agarrar objetos. Aunque no siempre evidente a simple vista, el dolor persistente en la muñeca después de una lesión demanda atención médica inmediata para evitar complicaciones.

Pruebas diagnósticas 

Radiografías: Proporcionan imágenes de las estructuras densas como los huesos, ayudando a determinar la presencia y desplazamiento de la fractura. En ocasiones, la fractura no es visible de inmediato, requiriendo seguimiento.
Resonancia Magnética (IRM): Ofrece detalles sobre huesos y tejidos blandos, siendo útil para visualizar fracturas no evidentes en radiografías convencionales.
Tomografía Computarizada (TC): Revela fracturas y su desplazamiento, proporcionando información vital para el plan de tratamiento.
Abordajes terapéuticos: no quirúrgicos y quirúrgicos

Tratamiento no quirúrgico

Fractura cerca del dedo pulgar: Fracturas en el polo distal tienden a sanar con relativa rapidez mediante la inmovilización con yeso o férula en el antebrazo y la mano, incluyendo el pulgar.
Fractura cerca del antebrazo: Fracturas en la cintura o polo proximal, con su limitada irrigación, requieren mayor atención. El yeso puede extenderse desde el pulgar hasta el codo, estabilizando la fractura.
Estimulador óseo: En algunos casos, se recomienda para favorecer la sanación, aplicando ondas ultrasónicas o electromagnéticas.

Tratamiento quirúrgico

Reducción: Volver a colocar el hueso en su posición correcta, ya sea con una incisión limitada o abierta, a veces con la ayuda de un artroscopio para fracturas específicas.
Fijación Interna: Implantes metálicos, como tornillos o alambres, sostienen el escafoides en su lugar hasta la completa cicatrización. La técnica y la incisión varían según la ubicación de la fractura.
Injerto Óseo: En casos particulares, se puede emplear un injerto óseo, tomado del antebrazo o la cadera, para estimular la producción y sanación del hueso fracturado.

Si notas síntomas de dolor en cualquier zona de la muñeca no dudes en contactar con un especialista. No realizar un diagnóstico a tiempo puede desencadenar un grave problema. En Clínica Osten tratamos de forma personalizada a cada paciente, realizando un diagnóstico preciso y un tratamiento eficaz.