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26/06/2024
Llamamos infarto a cualquier patología que actúa de forma repentina en el funcionamiento de nuestro corazón aunque existe una variación entre ellos. Dentro de todos los tipos de infarto, el infarto agudo de miocardio es el más frecuente y a su vez el más peligroso. Descubre con nosotros por qué se produce y que causas tiene, además de conocer cuáles pueden ser sus consecuencia y tratamientos
El infarto agudo de miocardio, también conocido como ataque al corazón, es una condición médica grave que se produce cuando el flujo sanguíneo se reduce o se detiene por completo al llegar al músculo cardiaco (miocardio). Esta falta de sangre es generalmente causada por la obstrucción de una arteria coronaria, la cual suministra sangre rica en forma de oxígeno al corazón. Sin un suministro adecuado de oxígeno, el tejido cardíaco puede sufrir daño irreversible o morir.
Tabaquismo: Fumar daña las paredes de las arterias, haciéndolas más susceptibles a la formación de placas. Además, la nicotina y otros químicos en el tabaco pueden provocar espasmos en las arterias coronarias.
Hipertensión: La presión arterial alta ejerce una presión adicional sobre las paredes de las arterias, contribuyendo al desarrollo de aterosclerosis y aumentando el riesgo de que una placa se rompa.
Niveles altos de colesterol: El colesterol LDL ("maligno") puede contribuir a la formación de placas en las arterias, mientras que el colesterol HDL ("benigno") ayuda a eliminarlas. Niveles elevados de LDL y bajos de HDL aumentan el riesgo de infarto.
Diabetes: La diabetes puede dañar los vasos sanguíneos y aumentar la probabilidad de aterosclerosis. Las personas con diabetes también tienen un riesgo más alto de hipertensión y colesterol alto.
Obesidad: El exceso de peso, especialmente alrededor del abdomen, está asociado con factores de riesgo como hipertensión, colesterol alto y diabetes.
Sedentarismo: La falta de ejercicio físico contribuye al sobrepeso, la hipertensión, y el colesterol alto, todos factores de riesgo de infarto.
Estrés: El estrés crónico puede afectar la salud cardiovascular al elevar la presión arterial y causar otros efectos negativos en el sistema cardiovascular.
Historia familiar: Tener antecedentes familiares de enfermedad cardíaca prematura aumenta el riesgo de infarto. Factores genéticos y hábitos de vida compartidos dentro de una familia pueden contribuir a este riesgo.
Edad y Género: El riesgo de infarto aumenta con la edad. Los hombres tienen un riesgo más alto de infarto que las mujeres antes de la menopausia; sin embargo, después de la menopausia, el riesgo para las mujeres se incrementa.
Reconocer estos síntomas y buscar atención médica inmediata es crucial, ya que el tratamiento temprano puede salvar vidas y minimizar el daño al músculo cardíaco. Los tratamientos comunes incluyen medicamentos para disolver los coágulos, procedimientos para abrir las arterias bloqueadas (como la angioplastia) y, en algunos casos, cirugía (como el bypass coronario). La prevención mediante el control de los factores de riesgo es también una estrategia clave para reducir la incidencia de infartos.
El infarto agudo de miocardio puede tener serias consecuencias inmediatas y a largo plazo. Inmediatamente, puede provocar muerte súbita cardíaca debido a arritmias graves, insuficiencia cardíaca aguda por la incapacidad del corazón para bombear sangre adecuadamente, shock cardiogénico debido a una caída crítica en la presión arterial y, en casos graves, ruptura del músculo cardíaco.
A largo plazo, los sobrevivientes pueden sufrir insuficiencia cardíaca crónica, donde el corazón no puede bombear sangre de manera eficiente, y arritmias debido al tejido cicatricial que interfiere con los impulsos eléctricos del corazón. Además, pueden desarrollar aneurismas ventriculares y problemas valvulares, y tienen un mayor riesgo de sufrir otro infarto.
El tratamiento del infarto agudo de miocardio se enfoca en restaurar rápidamente el flujo sanguíneo al corazón y prevenir complicaciones. En emergencias, se usan medicamentos trombolíticos, anticoagulantes, antiplaquetarios, betabloqueadores e inhibidores de la ECA. También se pueden realizar procedimientos como angioplastia coronaria con stent o cirugía de bypass coronario.
El cuidado a largo plazo incluye medicamentos continuos, rehabilitación cardíaca y cambios en el estilo de vida. Estos cambios abarcan dejar de fumar, seguir una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente, controlar el peso y manejar el estrés. Estas estrategias ayudan a prevenir futuros infartos y mejoran la salud cardiovascular general.
Si tienes sospechas de que estás sufriendo un infarto no dudes en acudir al centro de salud más cercano. Recuerda recurrir a expertos periódicamente para controlar el estado de tu salud cardiovascular si has sido víctima de un infarto. Ten en cuenta que exponerse a grandes estímulos a la hora de hacer deporte es otra causa de infarto agudo de miocardio y en Clínica Osten contamos con la colaboración de expertos para ayudarte a trazar un plan de ejercicio sin exponerse a riesgos innecesarios. Consulta ya y averigua más sobre nuestro equipo de profesionales.
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