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29/11/2023
El rugby es un deporte de gran contacto físico por lo que las lesiones son muy frecuentes, principalmente por colisiones entre los deportistas. Estas lesiones suelen ser de naturaleza aguda, afectando a las articulaciones y los músculos.
En este deporte de gran exigencia el funcionamiento y la resistencia es vital ya que combina características muy importantes del fútbol, con el contacto físico y la lucha. Por lo que tiene un gran potencial de lesiones tales como la tendinitis y la bursitis. Sin embargo, las más comunes son las traumáticas, sufridas durante las colisiones entre los jugadores o contra el suelo.
Debido a que en el rugby se realizan intensas carreras, es muy común que los jugadores puedan sufrir tendinitis en la rodilla o en el tobillo, además de calambres en las piernas o la bursitis, entre otras. Aunque estas normalmente no se consideran lesiones graves, pueden afectar al rendimiento o conducir a mayores complicaciones si no se trata de la manera adecuada por un profesional de la medicina deportiva. En Clínica Osten somos expertos en el diagnóstico, tratamiento, y prevención de este tipo de lesiones.
Con respecto a lesiones en la zona inferior del cuerpo, también debemos de mencionar el esguince de rodilla, la lesión del ligamento colateral mediano y la del ligamento cruzado anterior, son lesiones que afectan mucho a los jugadores de rugby. La rotura del ligamento cruzado es muy frecuente entre los equipos femeninos de rugby, fútbol, baloncesto y voleibol. Esto ocurre debido a una mayor elasticidad en las articulaciones en el sexo femenino y en la realización de gestos o impactos bruscos aumenta la probabilidad de la rotura de ligamentos.
Dado que es un deporte de muchas colisiones entre los jugadores, las lesiones traumáticas se producen con gran frecuencia en el rugby. En estas, se pueden incluir huesos fracturados, dedos y codos dislocados, cortes, esguinces de ligamentos y tendones, tensión en los músculos, etc.
Una de las principales causas de la mayoría de las lesiones traumáticas en el rugby es el denominado placaje, una técnica defensiva en la que un jugador intenta detener o derribar al jugador del equipo contrario que lleva el balón, con el fin de arrebatarle la posesión de la pelota.
Además, las malas caídas o los impactos con la cabeza pueden terminar en graves lesiones. En los peores casos, también debido a bruscos golpes, puede producirse alguna lesión en la columna cervical.
La rotura de labrum, un anillo de tejido que recubre la cavidad del hombro, es una lesión muy frecuente en la parte superior de los jugadores de rugby. Estas aparecen debido a gestos técnicos deficientes o a caídas en una mala postura.
Al igual que en otros deportes donde predomina la velocidad y el contacto, las conmociones cerebrales pueden ocurrir en algunas ocasiones, tanto en partidos como en entrenamientos de rugby.
La cabeza es una zona que sufre mucho durante los partidos, por ello los impactos y laceraciones son muy frecuentes en el rugby. Con el fin de evitar estas lesiones, muchos de ellos se colocan cascos acolchados. Estos cascos no previenen de conmociones cerebrales entre los jugadores, pero sí que son muy útiles para prevenir cortes, heridas y, sobre todo, traumatismos en el cartílago de las orejas, los cuales son muy frecuentes. Si no se tratan los hematomas, en las orejas pueden llegar a causarnos las conocidas como “orejas en coliflor”, una deformidad en los pabellones auditivos que es frecuente en luchadores y boxeadores.
Cuando sufrimos una lesión como jugador de rugby hay ciertos aspectos que debemos de tener en cuenta. Al igual que en la mayoría de los deportes, recuperar la fuerza y la flexibilidad después de una lesión es de gran importancia con el fin de conseguir una rehabilitación exitosa y volver cuanto antes a practicar deporte. Partes del cuerpo como el cuello, y la fuerza de base, así como la flexibilidad en los isquiotibiales y los flexores de la cadera, son importantes ejercitarlas y reforzarlas para que el acondicionamiento general sea exitoso y minimizar así las posibilidades de que el atleta vuelva a sufrir una lesión secundaria.
Las lesiones en muchas ocasiones son inevitables, pero podemos preparar nuestro cuerpo para que al sufrir ciertos impactos no sufran tanto y así mantener un rendimiento óptimo
Para ello debemos de aplicar un entrenamiento equilibrado y estructurado entre la fuerza, la flexibilidad y la resistencia, además de aplicar técnicas correctas para cada gesto.
Por otro lado, es muy recomendable utilizar protecciones como cascos para la cabeza o protectores bucales, entre otros.
Mantener un buen estado de salud es de gran importancia para conseguir el máximo rendimiento en nuestro deporte. En Clínica Osten contamos con un gran equipo de profesionales dispuestos a ayudarte a mejorar tu rendimiento o a recuperarse de una lesión. Si necesitas más información acerca de tu problema, no dudes en pedir cita y deja tus problemas en nuestras manos.
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