Descubre nuestros bonos de salud: una inversión en bienestar
Regala salud con nuestros bonos de entrenamiento y fisioterapia en Clínica Osten
08/02/2024
El ictus, una afección de gran magnitud clínica, afecta a una parte significativa de la población española, especialmente a aquellos mayores de 65 años. Con unas cifras alarmantes que apuntan a que alrededor del 5% de los españoles en este grupo de edad ha sufrido un ictus en algún momento de sus vidas, es crucial prestar atención a la fase de rehabilitación posterior para maximizar la recuperación y minimizar las secuelas.
La importancia de abordar la rehabilitación de manera precoz e intensiva después de un ictus se ha destacado en estudios recientes. La ventana de oportunidad para aprovechar la neuroplasticidad del cerebro, que permite a las neuronas adaptarse y cambiar en respuesta a nuevas experiencias, es más amplia en las primeras semanas tras el evento. Por lo tanto, iniciar la rehabilitación temprano es fundamental para lograr resultados óptimos.
La rehabilitación física después de un ictus se centra en restaurar la movilidad y la funcionalidad de las extremidades afectadas, especialmente en los brazos y las manos. Estas partes del cuerpo son las más comúnmente afectadas por las secuelas del ictus, y se estima que entre la mitad y las tres cuartas partes de los supervivientes experimentan dificultades persistentes en su uso.
La terapia física busca ayudar a los pacientes a caminar, mantener el equilibrio y prevenir caídas, utilizando tecnología y programas de recuperación innovadores para obtener resultados alentadores. Además, se trabaja en la rehabilitación de la disfagia, un problema común de deglución que puede surgir después de un ictus, mediante cambios en la dieta y técnicas específicas de alimentación.
Dado que un ictus interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro, puede dar lugar a trastornos del lenguaje, la atención, la memoria y la función emocional. Es esencial abordar estos aspectos mediante la rehabilitación cognitiva, que incluye terapias como la logopedia para recuperar el habla y la comunicación, y la terapia ocupacional para fomentar la independencia en las actividades cotidianas.
Además, se realizan terapias enfocadas en la orientación temporal y espacial, así como en la recuperación de la memoria, tanto autobiográfica como funcional. Estas terapias no solo ayudan a mejorar la función cerebral, sino que también tienen un impacto positivo en la autoestima y el bienestar emocional del paciente, permitiéndol adaptarse a los cambios en sus vidas de manera más efectiva.
La evaluación, el seguimiento y la observación son fundamentales en el proceso de rehabilitación, con la participación activa de médicos, terapeutas y cuidadores para adaptar el tratamiento a las necesidades individuales de cada paciente. Con una atención personalizada y especializada, es posible mejorar la prevención de futuros episodios de ictus y optimizar el resultado de las secuelas, permitiendo a los pacientes y sus familias avanzar hacia una mejor calidad de vida.
En resumen, la rehabilitación efectiva después de un ictus es un proceso integral que aborda tanto los aspectos físicos como cognitivos de la recuperación. Con un enfoque multidisciplinario y una atención especializada, es posible maximizar la recuperación y mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados por esta enfermedad.
Regala salud con nuestros bonos de entrenamiento y fisioterapia en Clínica Osten