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10/11/2025
¿Te han dicho que tu hij@ tiene pie plano o que “hunde los tobillos al andar”? Es una de las preocupaciones más frecuentes en las consultas de pediatría y fisioterapia infantil.
Pero lo primero que hay que saber es que tener pie plano en la infancia es, en la mayoría de los casos, completamente normal.
Desde Clínica Osten, te explicamos cómo acompañar ese proceso de forma saludable, cuándo es conveniente hacer una revisión y qué puede aportar la fisioterapia.
Durante los primeros años de vida, el pie del niño está en desarrollo. El arco plantar —esa “curva” en la parte interna del pie— todavía no está formado y suele haber una acumulación de grasa que lo disimula.
Esto se conoce como pie plano flexible y es una variante fisiológica, es decir, una forma normal del desarrollo.
Suele corregirse de forma espontánea hasta los 8-10 años, a medida que se fortalece la musculatura y madura el sistema esquelético.
Aunque el pie plano no suele requerir intervención médica, hay algunos casos donde sí es recomendable una valoración por parte de fisioterapia o podología infantil:
La valoración funcional puede descartar alteraciones en la pisada, debilidad muscular o falta de control postural que podrían beneficiarse de tratamiento preventivo.
Si el pie plano no causa dolor, puedes ayudar a tu hijo a desarrollar el arco plantar y la musculatura del pie con actividades simples y efectivas:
- Caminar descalzo en distintas superficies (arena, césped, moqueta).
- Subir puntillas y caminar de talones.
- Recoger objetos pequeños con los dedos de los pies.
- Jugar al equilibrio con un pie o sobre superficies inestables.
Estas actividades estimulan el sistema propioceptivo y ayudan al desarrollo motor general.
La fisioterapia infantil no solo trata, también previene. En casos donde hay molestias, fatiga o inestabilidad, trabajamos:
Y si hiciera falta derivar a ortopedia o valorar el uso de plantillas, lo haremos desde un enfoque colaborativo con otros profesionales.
El pie plano infantil es habitual, no debe alarmar, y suele mejorar con el tiempo. Acompañar ese proceso con juego, movimiento libre y revisiones puntuales es la mejor forma de cuidar la salud de los más pequeños.
Si tienes dudas, en Clínica Osten estamos para ayudarte.
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