Terapia con ondas de choque: Una solución avanzada para el dolor crónico
Descubre cómo las ondas de choque pueden aliviar el dolor crónico y mejorar tu calidad de vida.
27/08/2021
La clavícula es un hueso largo, delgado entre la parte superior del tórax (esternón) y el hombro. Las personas tienen dos clavículas una de cada lado del esternón. Estas ayudan a mantener los hombros alineados. La fractura de clavícula es una de las roturas óseas más habituales. A continuación, veremos más sobre esta lesión.
La fractura de clavícula es una lesión relativamente frecuente, en particular en niños y adultos jóvenes. Como hemos comentado, la clavícula une la parte superior del esternón con el omóplato.
Algunas causas frecuentes de la fractura de clavícula son las caídas, las lesiones deportivas y los traumatismos por accidentes de tránsito. A veces, los bebés pueden fracturarse la clavícula durante el proceso de nacimiento.
En caso de una fractura de clavícula, busca atención médica de inmediato. En la mayoría de los casos, sanan bien con hielo, analgésicos, un cabestrillo, fisioterapia y con el pasar del tiempo. Una fractura más complicada puede requerir cirugía para realinear el hueso fracturado e implantar placas, tornillos o barras en el hueso para mantenerlo en su lugar durante la consolidación.
Los signos y síntomas de una fractura de clavícula son:
Consulta a un médico de inmediato si observas signos o síntomas de una fractura de clavícula en ti o en tu hijo, o si se presenta un dolor tan intenso que impide el uso normal. Un retraso en el diagnóstico y tratamiento puede provocar una mala recuperación.
Las causas frecuentes de una fractura de clavícula comprenden:
Caídas, como caerte sobre el hombro o sobre la mano extendida.
Lesiones deportivas, como un golpe directo en el hombro sufrido en el campo de juego, pista o cancha.
Traumatismos por un accidente de tránsito en automóvil, motocicleta o bicicleta.
Lesión de nacimiento al pasar a través del canal de parto.
Durante la exploración física, el médico inspeccionará la zona afectada en busca de sensibilidad, hinchazón, deformidad o una herida abierta. Las radiografías determinan el grado de fractura de la clavícula, indican su ubicación y permiten saber si hay lesiones en las articulaciones. El médico también puede recomendarte una exploración por tomografía computarizada para obtener imágenes más detalladas.
Restringir el movimiento de un hueso quebrado es fundamental para su consolidación. Para inmovilizar una clavícula quebrada es probable que tengas que usar un cabestrillo en el brazo.
El tiempo de inmovilización necesario depende de la gravedad de la lesión. La unión ósea generalmente tarda de 3 a 6 semanas en niños, y de 6 a 12 semanas en adultos. La clavícula de un recién nacido quebrada durante el parto usualmente sana solo controlando el dolor y manipulando con cuidado al bebé.
Para reducir el dolor y la inflamación, el médico puede recomendar un analgésico de venta libre. Si tienes dolor intenso, es posible que durante algunos días necesites tomar un medicamento de venta con receta que contenga un analgésico opioide.
La rehabilitación comienza poco después del tratamiento inicial. En la mayoría de los casos, es importante comenzar con algo de movimiento para reducir la rigidez en el hombro mientras usas el cabestrillo. Una vez que te retiren el cabestrillo, el médico puede recomendar más ejercicios de rehabilitación o fisioterapia para restablecer la fuerza muscular, el movimiento de las articulaciones y la flexibilidad.
Si la clavícula quebrada atravesó la piel, está muy desplazada o se quebró en varias partes es posible que necesites cirugía. Por lo general, la cirugía de clavícula quebrada requiere la colocación de dispositivos de fijación (placas, tornillos o varillas) para mantener el hueso en la posición adecuada durante la consolidación. Si bien son poco frecuentes, las complicaciones quirúrgicas pueden comprender infecciones y falta de consolidación del hueso.
La clavícula no se endurece por completo hasta alrededor de los 20 años. Debido a esto, los niños y adolescentes corren un mayor riesgo de tener una fractura de clavícula. Este riesgo disminuye después de los 20 años, pero vuelve a aumentar en el caso de personas mayores a medida que la fuerza ósea disminuye con la edad.
La mayoría de las fracturas de clavícula se curan sin dificultades. Las complicaciones, cuando suceden, pueden comprender lo siguiente:
Lesiones en los nervios o vasos sanguíneos. Los bordes irregulares de una clavícula fracturada pueden lesionar los nervios y los vasos sanguíneos cercanos. Busca atención médica inmediata si sientes entumecimiento o frío en el brazo o en la mano.
Retraso en la consolidación del hueso o consolidación deficiente. Una fractura grave de clavícula podría curarse con lentitud o de forma incompleta. La consolidación deficiente de los huesos durante el proceso de curación puede acortar el hueso.
Bulto en el hueso. Como parte del proceso de consolidación, en el lugar donde se suelda el hueso se forma un bulto óseo. El bulto es fácil de ver porque se encuentra cerca de la piel. La mayoría de estos bultos desaparecen con el tiempo, pero algunos son permanentes.
Artrosis. Una fractura que afecta las articulaciones que conectan la clavícula con el omóplato o el esternón, a la larga, podría aumentar el riesgo de padecer artritis en esa articulación.
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