Estiramientos analíticos: técnicas para mejorar la movilidad articular
Cómo los estiramientos analíticos ayudan a optimizar la función articular
10/11/2022
Los huesos que forman la rodilla (fémur y tibia) se conectan entre sí mediante cuatro ligamentos (dos cruzados y dos laterales), que actúan como fuertes cuerdas para sostener la unión de los huesos y mantener la estabilidad de la rodilla. El ligamento cruzado anterior es uno de estos 4 ligamentos primarios de la rodilla, siendo el que más frecuentemente se lesiona, y el que es más habitual que necesite de una intervención quirúrgica.
Los ligamentos cruzados, anterior y posterior se encuentra en el interior de la articulación de la rodilla. Se cruzan uno con otro formando una «X», con el ligamento cruzado anterior delante y el ligamento cruzado posterior detrás. Los ligamentos cruzados controlan el movimiento de la rodilla hacia atrás y hacia delante así como la rotación interna y externa, siendo estabilizadores secundarios de las desviaciones laterales de la rodilla.
Una de las lesiones de rodilla más comunes es un esguince de rodilla o desgarro del ligamento cruzado anterior (ACL). Los atletas que participan en deportes de pelota como el fútbol, deportes de raqueta como el tenis o el pádel y deportes de invierno como el esquí, tienen más probabilidad de lesionarse los ligamentos cruzados anteriores.
Aproximadamente la mitad de todas las lesiones del ligamento cruzado anterior ocurren con daño a otras estructuras de la rodilla, como el cartílago articular, el menisco u otros ligamentos. Las lesiones mas graves como la triada, incluyen la rotura del LCA, la rotura del menisco interno y el esguince o rotura del ligamento lateral interno. En casos de mayor energía, sobre todo en esquí, se puede producir incluso la rotura simultánea del ligamento cruzado posterior, hablando entonces de una luxación de rodilla, una lesión mucho mas grave.
Afortunadamente lo mas frecuente durante la práctica deportiva es la rotura del cruzado anterior aislada, o con una rotura de menisco asociada. Si bien en la mayoría de ligamentos hablamos de esguinces de grado 1 (estiramiento), 2 (rotura parcial) y 3 (rotura completa), los desgarros parciales del ligamento cruzado anterior son raros. En la mayor parte de los casos se produce un arrancamiento del mismo desde el fémur seguido en frecuencia por una rotura por la mitad del ligamento.
El ligamento cruzado anterior puede lesionarse de varias maneras, pero en todas el tobillo queda bloqueado absorbiendo la rodilla la fuerza del peso corporal. Como he descrito antes, el mecanismo va a ser una rotación interna de la tibia o externa del tronco + una desviación de la rodilla hacia dentro + una traslación de la tibia hacia delante.
Este triple mecanismo aparentemente complejo ocurre bastante habitualmente en deportes de pelota al realizar distintas acciones:
Varios estudios han demostrado que las diferencias en el estado físico, la fortaleza muscular y el control neuromuscular son los principales determinantes de su lesión. Si bien, un mecanismo los suficientemente agresivo puede romperlo en cualquier atleta. Será tan importante por ello la correcta recuperación después de la cirugía, para recuperar la propiocepción y la musculación antes de volver al deporte, ya que las probabilidades de una re-rotura serán siempre mayores que en la rodilla sana.
Si te has lesionado el ligamento cruzado anterior, es muy probable que hayas podido oír un «crujido» y puedes sentir que tu rodilla ya no estable para apoyar el peso corporal. Notarás que la rodilla «no esta sujeta». Otros síntomas típicos de la rotura de cruzado anterior son los siguientes:
El tratamiento conservador o no quirúrgico se basa en la realización de dos tipos de ejercicios para intentar minimizar la pérdida de la función de este ligamento:
Desafortunadamente este tratamiento sólo tiene éxito en un pequeño porcentaje de pacientes deportistas, frente a lo que ocurre en la mayor parte de pacientes que sí sufren fallos. Por supuesto este tratamiento es válido en pacientes que llevan a cabo una vida sedentaria y no realizan práctica deportiva, siempre bajo la condición de no sufrir fallos de rodilla. En cualquier caso el riesgo de sufrir uno de estos fallos y de crear otras lesiones esta demostrado que es mayor en pacientes que no se operaron cuando se produjo la rotura.
En casi todos los casos de pacientes con rotura de cruzado y que quieran seguir haciendo deporte, indicaremos una cirugía de cruzado. Bastará con que nos contéis en consulta que habéis tenido dos episodios de fallos, o bien que en la exploración evidenciemos la inestabilidad. Lo primero que debes saber es que durante la cirugía el ligamento cruzado anterior no se repara, sino que se sustituye por un injerto de tendón (plastia tendinosa). La reparación directa se abandonó hace años por su alta tasa de fracaso (cercana al 90%), aunque en algunos casos especiales, sobre todo en niños puede utilizarse de manera excepcional.