¿De verdad necesitas suplementos si haces deporte?
Cuándo los suplementos deportivos pueden ayudarte y cuándo no son realmente necesarios
25/08/2025
En el día a día o durante la práctica deportiva, es habitual sentir molestias musculares y no tener claro si se trata de una contractura o de una lesión muscular más grave. Aunque ambos problemas afectan al músculo, su origen, síntomas y tratamiento son distintos, y conocer la diferencia es clave para una recuperación eficaz.
Una contractura es una contracción involuntaria y sostenida del músculo que provoca dolor, rigidez y limitación de movimiento. Suele estar causada por:
- Sobrecargas musculares.
- Mala postura mantenida.
- Falta de calentamiento antes de entrenar.
- Estrés o tensión emocional.
En la mayoría de los casos, la contractura no implica daño en las fibras musculares y se resuelve con tratamiento fisioterapéutico, estiramientos y descanso relativo.
Una lesión muscular se produce cuando hay daño estructural en las fibras del músculo. Puede ir desde una distensión (estiramiento excesivo) hasta una rotura parcial o completa. Sus causas más comunes incluyen:
- Movimientos bruscos o forzados.
- Sobreesfuerzo intenso y repentino.
- Golpes directos en el músculo.
Los síntomas suelen ser más intensos que en una contractura: dolor agudo, inflamación, hematomas y pérdida importante de fuerza o movilidad. En estos casos, es fundamental acudir a un especialista para una valoración y tratamiento adecuados.
- Dolor: en la contractura es más difuso y molesto; en la lesión es agudo y localizado.
- Movilidad: en la contractura hay rigidez pero cierto movimiento posible; en la lesión, el movimiento está muy limitado.
- Aparición: la contractura puede aparecer progresivamente; la lesión suele ocurrir de forma repentina.
En Clínica Osten, evaluamos cada caso para determinar el tipo de lesión y el tratamiento más adecuado. Para una contractura, utilizamos técnicas manuales, terapia activa y consejos de prevención. En el caso de una lesión muscular, aplicamos un plan de rehabilitación adaptado, que puede incluir fisioterapia avanzada, trabajo progresivo de fuerza y readaptación deportiva.
Recuerda: ante cualquier dolor muscular que no mejora en pocos días, lo mejor es consultar a un fisioterapeuta para evitar complicaciones y volver a tu actividad con seguridad.